Visitar las tiendas donde compraban los abuelos, conocer el bar donde quedaban, contemplar sus tartanas, ver sus casas, mirar sus revistas, descubrir sus juegos y labores cotidianas, admirar su vestimenta… Sorprendernos por cómo era la vida en el Camp d’Elx y en la ciudad, no hace aún tanto tiempo…
Los más de 90.000 objetos del siglo XIX y comienzos del XX que atesora el Museo Escolar de Puçol, procedentes en su inmensa mayoría de donaciones, conducen hasta un pasado que, aunque relativamente reciente, huye de las memorias a toda velocidad, hasta a veces no dejar rastro.
Reconocimiento de la UNESCO
Este proyecto museístico y vital, que recoge de manera didáctica quiénes somos y de dónde venimos, mereció muy justificadamente que en diciembre de 2009, el Comité para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO lo incluyera en el Registro de Prácticas Ejemplares.
Todo empezó en 1969, en las escuelas unitarias de la partida rural ilicitana de Puçol, como una actividad ligada al plan pedagógico “La escuela y su medio”, cuyo sujeto era el estudio de los oficios y tradiciones del Camp d’Elx.
Implicación colectiva
El objetivo era facilitar el conocimiento del entorno rural donde se ubicaba, así como la conservación de una cultura, tanto material como inmaterial, que estaba desapareciendo con gran rapidez por la mecanización del campo y la sustitución de los oficios y cultivos tradicionales por otros extensivos y más productivos.
La idoneidad del proyecto y el entusiasmo de sus propulsores hizo que se implicaran no sólo los alumnos, que así conocían sus raíces, difundiéndolas y preservándolas, sino también los vecinos de Puçol y de otras pedanías.
Centro de Cultura Tradicional
Con el paso del tiempo y el calado del trabajo, el área de influencia del museo se fue ampliando a otras partidas rurales y a la ciudad de Elche, hasta concentrar un enorme legado etnológico de más de 90.000 items inventariados, que abarcan agricultura, comercio, industria, folclore, tradiciones y un largo etcétera. Ello motivó la ampliación de sus dependencias en 1991 y 1998.
Transformado en Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Puçol, el nuevo complejo museístico consta de amplias salas de exposiciones, talleres de conservación y restauración, sala de usos múltiples, biblioteca, archivo, área de informática, zona de servicios, huerto de estudios medio-ambientales y aparcamiento público.
Referente internacional
El visitante que recorre sus salas se ve transportado a épocas pasadas, a través de reconstrucciones de escenas cotidianas de la vida en el campo y la contemplación de elementos en desuso como tartanas, carros, trilladoras, vestimentas y utensilios agrícolas. También se exponen numerosos objetos relacionados con la industria, el comercio tradicional, la escuela y el ocio, tanto en el ámbito rural como en el urbano.
Junto con su vertiente museística y de investigación, el centro de cultura tradicional ilicitano continúa desarrollando su proyecto pedagógico, convertido en referente nacional e internacional.
Al merecido reconocimiento de la UNESCO se unen, entre otros, los de Hispania Nostra, el del International Council of Museums (ICOM) así como el de Ibermuseos.