MURALLAS EL CASTELLAR DE LA MORERA
Pese a que por su orografía el cerro presenta una defensa casi inexpugnable por todos los lados, salvo por el frente meridional que desciende formando una suave pendiente, en época califal se construye una muralla de más de 2 m de anchura y hasta 1.5 m de altura en algunos tramos, que lo recorre creando un recinto fortificado con forma de trapecio irregular de una extensión aproximada de 48 ha. Dicho lienzo está levantado con mampostería y sillarejos en seco, con algunos tramos en los que parecen conservarse restos de mortero de cal tomando los elementos pétreos. En la parte más elevada del cerro, al Norte, se pueden observar tres edificios, habiendo sido excavados los Edificios I y III entre los años 2007 y 2009.
La historiografía referente al yacimiento se remonta al trabajo pionero de Cristóbal Sanz, en su obra de 1621 Recopilación en que se da cuenta de las cosas antiguas como modernas de la ínclita villa de Elche, publicado bajo el título “Antigüedades y Glorias de la Villa de Elche”, donde ya aparece el bien patrimonial, aunque adscrito a época romana. Los primeros trabajos arqueológicos fueron realizados por Pedro Ibarra Ruiz en las primeras décadas del siglo XX, quien publicó una serie de materiales procedentes de las excavaciones realizadas en el yacimiento en 1914 en su obra “Elche. Materiales para su historia” de 1926. El siguiente trabajo fue un estudio realizado por el Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos y publicado a principios de la década de 1980, siendo el primer intento de establecer una evolución histórica de los diferentes restos constructivos existentes en El Castellar de la Morera. Para ello, el grupo elaboró la primera planimetría existente para el yacimiento, en la que se identifican diferentes áreas de ocupación que abarcan desde la Prehistoria a la Edad Media.
En el estudio llevado a cabo por el investigador Pierre Guichard en 2007, centrado en el significado histórico y social de la islamización, se inscribe a El Castellar de la Morera como el debatido emplazamiento identificado con el topónimo de al-‘Askar (el campamento), descrito a finales del siglo IX por el geógrafo oriental Ya‘qūbī en su obra Kitāb al-buldān. Esta circunstancia propició el inicio de una serie de intervenciones arqueológicas sistemáticas, desarrolladas entre 2007 y 2009 –impulsadas por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), con la participación de la Universidad de Alicante y el apoyo del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE)–, destinadas a documentar el yacimiento y replantear la problemática del asentamiento, más allá de que se identificara o no con al-‘Askar citado por las fuentes.
Gracias al estado actual de las investigaciones, sabemos que este asentamiento de carácter rural ya ejercía un control del territorio en el tránsito del siglo X al XI, justo antes de la formación de los centros urbanos. Existen asentamientos coetáneos en zonas cercanas, como La Rábita y la probable alquería de El Moncayo, ambas en Guardamar del Segura; y también en lo que en poco tiempo sería la propia madinat Ilš, en la actual Vila Murada, y El Arsenal, al Sur del Núcleo Histórico de El Raval-Salvador, sin que se pueda descartar la existencia de otras comunidades de carácter rural diseminadas por el Campo de Elche.
Para saber más:
http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/72190