Camp d’Elx

El campo ilicitano marca su propio ritmo. Las 30 partidas rurales, o pedanías, componen un variado mosaico, con rasgos comunes, pero también con diferencias que sellan su identidad. Los últimos quince años han visto cómo se revertía el éxodo hacia la ciudad experimentado en décadas anteriores. El crecimiento se ha concentrado en los núcleos existentes -Balsares, El Altet, La Hoya, La Marina, Las Bayas, Matola, Perleta, Torrellano y Valverde-, preservando el suelo agrícola de la invasión urbanística. Gracias a ello, el Camp d’Elx sigue conservando su esencia rural y su atractivo paisaje humanizado.

En la mayoría de las pedanías la actividad agrícola sigue teniendo una presencia destacada, con un ritmo cotidiano mucho más pausado que en la ciudad. A ellas se accede fácilmente a través de una red de carreteras y caminos asfaltados. El Camp d’Elx conserva, junto a numerosos ejemplos de viviendas tradicionales, relevantes casas señoriales de propiedad privada, como La Cañada (Torrellano), la Casa Gran d’Asprella (Las Bayas), María Ana (Torrellano), La Escuera ( La Marina) y el Palombar (Asprillas). La Torre del Gall (1921), a la entrada de la Hoya desde el sur, es el edificio más representativo del modernismo en Elche, actual centro sociocultural de la pedanía.

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